Aunque ha transcurrido más de un mes desde que celebramos nuestra fiesta, no quiero dejar pasar más tiempo sin rendirle el debido homenaje de reconocimiento a un camarada que brilló con luz propia en el acto.
Para una gran parte del grupo de gente que nos hemos reencontrado, el Chema ha sido siempre la alegría de la huerta. Es un hombre dotado con un refinadísimo sentido del humor, con un ingenio inagotable que no para hasta doblarte de risa, pero también con un agudo y no menos refinado sentido crítico de la existencia, que le lleva a decir muchas cosas muy hondas y muy inteligentes. Y además, y por si fuera poco, el Chema es también un hombre capaz de emocionarse y de emocionarte, hasta encogerte la médula.
Nuestra fiesta hubiera sido una cosa muy distinta sin su compañía. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que lo tenemos como lo que es: una gran persona y un gran amigo.
Va por ti, camarada.
Para una gran parte del grupo de gente que nos hemos reencontrado, el Chema ha sido siempre la alegría de la huerta. Es un hombre dotado con un refinadísimo sentido del humor, con un ingenio inagotable que no para hasta doblarte de risa, pero también con un agudo y no menos refinado sentido crítico de la existencia, que le lleva a decir muchas cosas muy hondas y muy inteligentes. Y además, y por si fuera poco, el Chema es también un hombre capaz de emocionarse y de emocionarte, hasta encogerte la médula.
Nuestra fiesta hubiera sido una cosa muy distinta sin su compañía. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que lo tenemos como lo que es: una gran persona y un gran amigo.
Va por ti, camarada.
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