¡¡ BIENVENIDO-A AL BLOG DE LA UJCE-RT !!

Entre los años 1975 y 1978 coincidimos en Jerez y en Juventudes Comunistas un numeroso grupo de gente. Nos hemos buscado durante meses. Entre ex militantes y simpatizantes de entonces, más algunos grupos de camaradas de ciudades cercanas llegamos a formar una lista de casi noventa personas, de las que cincuenta nos hemos reunido el Sábado 27 de septiembre de 2008... Así empezaba nuestro blog, pero ahora eso ya es historia...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Se me olvidaba el título... El concejal que no sabía lo que hacía

Se vé que no tenéis muchas ganas de escribir... por ahí va eso para debate y lo que haiga falta.

Ultimas noticias, un concejal socialista pide perdón a la familia de un militar franquista por decir que era franquista.

Según la familia su progenitor sólo era un poquito franquista, no es para tanto, era monárquico y cuando llegaron las tropas de Franco pues dijo, ¡ea pues me hago un poquito franquista!, pero ya está, no hizo nada más, mandó un batallon, pero iban a todos lados en misión de paz, como ahora en Kosovo o en Beirut, lo que pasa es que los repúblicanos eran muy mal hablados y decían que estos batallones mataban gente, y eso es mentira.


Además el preclaro concejal, que debe pasarle como al concejal de Cuenca en Madrid, ha declarado que el alcalde Primo de Rivera tampoco era muy franquista, que era monarquico, !toma ya parida¡ o sea que lo nombró Franco pero fué bajo tortura en los sotanos de la Puerta del Sol, el hombre se rindió y cedió, después siguieron torturandole para que fuera al consejo de estado, y cuando era alcalde de Jerez lo obligaban a ir de caceria a los Montes de Propios bajo duras amenazas.

El caballero, porque va a caballo, alcalde nombrado por Franco, Presidente de la Diputación de Cádiz nombrado por Franco, en realidad era un rojo republicano secreto, por eso le han puesto una rotonda. Dicen que era del Opus, que mentira tan horrorosa. Es que ya no saben que inventar.

Ya que es así, yo propongo que hagamos un homenaje a los unpocofranquistas, le demos plaquitas, banditas y les nombremos beatos, hijos adoptivos, les demos medallas y las llaves de la ciudad, coño que les reparemos esa enorme ofensa de llamarlos franquistas. Para mí sí sería una ofensa que me llamaran franquista, pero ellos ¿de que se ofenden?.Ahora va a resultar que nadie ha sido franquista aquí.

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jueves, 13 de noviembre de 2008

EL ESPAGHETI VOLADOR (aviso: entrada surrealista)

La religión más conocida en Internet, el pastafarismo, ha encontrado a su dios convertida en proteina, lo podeis ver en esta pagina. Una divertida propuesta a los tiempos que nos acechan. (lo he encontrado en meneame).

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martes, 11 de noviembre de 2008

CRONICA DE LA CAIDA (2) echadme un cable, porfa

... (me gustaría poder hacer una crónica lo más completa posible de aquella peripecia, por lo que agradecería que me enviaséis comentarios con vuestros recuerdos, de lo que hicisteis, de lo que sentísteis, de cualquier detalle, opinión, etc. Hacedlo en forma de comentarios pinchando abajo, donde pone comentarios, aparece una pantalla con un recuadro en blanco a la derecha, escribid ahí y firmarlo al final.Lo digo por si no sabeis como hacer lo que pone mas abajo (lo de la identidad), hacedlo como anónimo. Lo incorporaré (citando las fuentes), haciendo una sola entrada. Sé que salió algo en la prensa, y sería estupendo poder incorporarlo también. Venga, echadme un cable, mientras, sigo con mi crónica) ...

Estuve sentado en una silla del despacho de entrada de la comisaría, no recuerdo cuánto. Después (o antes, no lo recuerdo bien), me cogieron las huellas -de todos los dedos de las manos- y me hicieron fotos de frente y de perfil. Me ficharon, vamos.
Me metieron en un calabozo, un cuartucho del sótano con un poyete de cemento como cama -no recuerdo si había una plaza de retrete, y creo que había una manta-.
Recuerdo confusamente que mi mente estaba como bloqueada. En aquellas horas pensé vagamente en las posibles implicaciones de mi situación. Estaba al principio solo en mi celda, y no pasaba nada, salvo ruidos de pasos, cerrojos y voces... No sabía nada de los demás: Ramón, Manolo, Trini y Chema. Eso me producía una cierta desazón. La noche es larga en un lugar como ése. Unas horas después, la puerta de la celda se abrió, y me encontré con un compañero. Se mostraba inquieto, charlatán, pero no recuerdo nada de lo que habló, aunque sí recuerdo que no se calló ni estuvo quieto el resto de la noche. Me trató como una especie de colega de fechorías, y a veces me daba la impresión de que se le iba la olla, pero no tuve miedo en ningún momento. En varias ocasiones mantuve cierto tipo de conversacion, más que nada por contemporizar que por el interés de los asuntos tratados. Estaba allí por algún delito común, y seguramente iba "puesto", por esta inquietud continua y la charlatanería desbordante que mostraba. Me tumbé en el poyete que servía de cama, pero creo que no pegué ojo en toda la noche. Después he llegado a pensar que lo pusieron conmigo para sonsacarme, pero sé que he visto demasiadas películas y quizás hayan nublado mi capacidad de juicio, por lo que esto es sólo una especulación (de novela negra).
Por la mañana me sacaron del calabozo y me subieron a la planta alta del edificio. Al pasar cerca de la entrada pude ver a Trini sentada en una silla en el mismo despacho donde me sentaron antes de bajarme al calabozo. Tenía aspecto de cansada y abatida, y me entristeció.

Entonces me tocó el interrogatorio.

(Continuará) Aunque abajo ponga leer más, no hay nada más, por ahora.


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domingo, 2 de noviembre de 2008

Ha muerto Manolo Blanco

Malos días. La semana pasada fue el padre del Tecla y hoy ha sido Manolo Blanco.

A Manolo lo conocimos muchos-as de nosotros-as cuando coincidimos con él en la Juventud Independiente Cristiana (JIC) buena parte de quienes poco después engrosamos eso que hemos dado en llamar la “segunda generación” de la UJCE en Jerez.

Desde entonces yo al menos sólo había vuelto a encontrarlo en contadas ocasiones: alguna manifestación por alguna causa compartida, algún concierto de músicas capaces de evocar causas compartidas… Pero Manolo era del tipo de gente a quien no le cuesta recuperar el calor de amistades antiguas, por muy fugaces que hayan sido. De manera que era fácil entablar cualquier conversación, siempre con su tono pausado, su leve pero no olvidado acento castellano, su sonrisa y el aura afable que lo envolvía.

Este verano lo vi por última vez, de lejos. Me pareció que no tenía buen aspecto, pero yo andaba con prisas y no llegúe a saludarlo. Ahora siento haber perdido la ocasión del que podría haber sido un último abrazo. Pocos días después me enteré de su muy agravada enfermedad. He seguido sus últimas semanas con las noticias que me han ido proporcionando amigos comunes, hasta que esta mañana me han dicho que ya no habrá más noticias.

Manolo fue un hombre comprometido e íntegro hasta el final. El pasado jueves su amigo Paco Reinoso trazó en el Diario de Jerez una semblanza biográfica escrita cuando su muerte parecía inminente. Ese mismo día saltó la posibilidad de que surgiese un rayo de esperanza que no ha llegado a brillar. Ahora no se me ocurre mejor homenaje a Manolo que el de reproducir aquí las palabras de Paco, incluso manteniendo en presente los verbos que están en presente. Como se quedará Manolo en nuestro recuerdo.

“Manuel se vino para Jerez, y se matriculó en la Facultad de Medicina de Cádiz para así terminar su carrera. Antes había pasado por el Seminario salmantino. En la época gaditana peleó contra la dictadura del General Franco y fue detenido. Lo tuvieron apoyado en los brazos contra la pared durante muchas horas, por la policía política social. Entonces era militante de la Juventud Independiente Cristiana (JIC).

El Dr. Blanco nació en Villar de la Yegua, provincia de Salamanca, primogénito de D. Manuel Blanco, número de la Guardia Civil, gran jugador de dominó, en cuyo cuartelillo, yo gitano, pernocté varias veces.

Manuel se casó con Carmen y ofició este matrimonio el Obispo Rafael Bellido, porque ambos eran militantes de la JIC.

Manuel, junto a otros, estaba comprometido con el cambio social, y se fue a vivir a la barriada de La Granja en una comunidad cristiana, en donde se compartían los bienes, la vida y la acción. Carmen se comprometió con Lola, Mari Carmen y otros, en la creación de la Guardería Laboral. Paco y otros de la JOC, en la Asociación de Vecinos Pueblo Nuevo.

Manuel, junto a Pepe y José Casal, obrero pensionista de las minas, ya fallecido, recogían firmas para que en La Granja se instalara el primer centro de salud.

Manuel había trabajado en la planificación del mapa sanitario que debía implantar la Junta de Andalucía, y se había atareado en la Delegación provincial de Sanidad. En La Granja correspondía un centro de Salud, y en Cuartillos un módulo cero, que la Junta tardó treinta años en instalar en este último barrio.

"A mi me han dicho los grandes doctores, que estoy muy malo, malito de muerte, y por Dios buscarme a otro doctor para que me quite las penitas que yo tengo metiitas en mi corazón".

Y Manuel comenzó pasando consultas en un habitáculo, que nos cedió Pedro Pacheco, en el cual nos encontramos una bicicleta vieja y las fotos de Franco y José Antonio. Allí se instaló el primer centro de atención primaria sanitaria de La Granja.

Manuel, por el compromiso social de la militancia cristiana fue concejal con el PSA, y se marchó de la concejalía junto a Manuel Herrero y Casto Sánchez. Desde entonces pasó a la órbita de Izquierda Unida y posteriormente de Izquierda Andaluza. Está comprometido para que la sanidad pública sea mejor, eficaz y eficiente en los recursos que el erario público dedica a ella. Fue delegado por el sindicato de Comisiones Obreras. Es coherente en su vida privada y con su pensamiento a favor del pueblo.

En Cuartillos trabajó los "domingos rojos" en la habilitación del centro de barrio, limpiando, blanqueando o de peón albañil, así como en la construcción de las marquesinas para los autobuses.

Manuel nos enseñó la gastronomía salmantina de la "jeta", el "farinato", los bollos preñados y salchichones de su pueblo, como los que hacía Dª Lisarda, el sabor del orujo artesano y clandestino de aquella zona. Un grupo de amigos iban a Villar de la Yegua a podar los pinos sembrados en las parcelas heredadas, y a comer cochifrito y "patatas a lo importante" que nos regalaba su hermana Ángela, profesora en Valladolid.

Últimamente está empeñado en los micro-créditos y junto a su mujer, Inmaculada, en ayudar a una comunidad de Mozambique, en medicina y asistencia educativa. Y se marchaba de nuevo a ese país, cuando el médico que lo atendía le recomendó no hacer ese viaje.

El Dr. Blanco es un ejemplo de sencillez y coherencia. Larga vida para el.”

Francisco Reinoso Cobos. Publicado en Diario de Jerez, el 30 de octubre de 2008.

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CRONICA DE LA CAIDA (1)

Una tarde de octubre, creo que fue, un grupillo de nosotros terminó en los calabozos de la Plaza Silos. Una de nosotras (Las Juventudes Comunistas, por eso el femenino genérico) pasó la noche en un despacho de esa misma Comisaría, que ahora es un solar aparcamiento, un escombral árido. No ha perdido la tristeza que ya exhumaba antes. Sí el miedo que inspiraba. El Bernal, entre otros que en su momento también pasaron por allí, lo recuerdan. Esta es una pequeña crónica de aquella vez.

Habíamos organizado una pegada ese día. Una pegada de pegatinas a favor del voto y la mayoría de edad a los 18 años, el fin de la puta mili, la amnistía, etc.. (se aceptan retazos de recuerdos para completar esta crónica). Fue una movida absolutamente nuestra, no había más infraestructura que la de la UJCE. Participamos todos, sin excepción. Hicimos las pegatinas, de tamaño grande (como un azulejo de cocina de esos de antes, cuadrado ¿no?), a mano, con rotuladores, en casa de los padres de Pepa, y mi casa, creo recordar que también algunas, vaya curro que nos dimos.

Grupos de dos, creo, muy serios, repartidos por el centro. Con una cita de seguridad en la Plaza Aladro.

Al terminar, todo el mundo pasó por allí y discretamente se hizo ver para que supiésemos que habían terminado su trabajo sin incidentes. Pero al parecer en algún punto habíamos sido, o detectados o delatados. Alguien me ha sugerido que ibamos con cierto descaro en la pegada y puede que a la altura de la calle larga algún c****** dió el chivatazo.

El caso es que, ya terminada la movida, cinco de nosotros estábamos en un banco de la zona central de la Plaza Aladro, a oscuras, charlando. Dos de los cinco se habían agregado a los tres de seguridad, supuestamente ya superada la actividad, relajados y despreocupados, cuando notamos unas sombras que se acercan, unas luces cobran vida e iluminan varias placas de policía, cuyos portadores nos obligan a entrar en unos coches...

(La segunda parte, más adelante)

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