¡¡ BIENVENIDO-A AL BLOG DE LA UJCE-RT !!

Entre los años 1975 y 1978 coincidimos en Jerez y en Juventudes Comunistas un numeroso grupo de gente. Nos hemos buscado durante meses. Entre ex militantes y simpatizantes de entonces, más algunos grupos de camaradas de ciudades cercanas llegamos a formar una lista de casi noventa personas, de las que cincuenta nos hemos reunido el Sábado 27 de septiembre de 2008... Así empezaba nuestro blog, pero ahora eso ya es historia...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Fachas y antifachas de ayer y de hoy

El camarada Manué, rojo e impenitente come-curas, quemador en potencia de todo convento que se ponga a tiro, profanador de las más sagradas esencias de la patria hispana, etc., etc., etc., ha intentado personarse en el debate histórico sobre la memoria histórica tan gentilmente auspiciado por el inefable Grupo Joly (Diario de Jerez), con el resultado de que su contestación a esa pieza maestra de literatura pro-franquista, exhibida en tribuna libre del susodicho diario del pasado 11 de agosto por el eminente hermano mayor de la Hermandad del Rocío (ole, ole, ole) de la muy noble y leal ciudad que nos acoge (ole, ole, ole) se la tendría que comer con papas. Porque una cosa es la gentileza y honores merecidos a eminentes hermanos mayores del Rocío de esta muy noble y leal y xericiense ciudad y otra cosa es el puñetero caso que cabe hacerle a gente de la calaña del Manué, que es nuestra calaña.

Desde estas humildes y rojas ciberpáginas (Manué, ¿por qué nos pintaste fucsia?), queremos rendir nuestro más sentido pésame por el destino fugaz del mensaje del Manué, no sin antes rescatar de su miseria al de nuestro ofensor, para que sirva de público contraste al altar de aprecio debido a nuestro camarada, que Don Jolyone no ha sabido ni querido erigirle.

Va por ti, camarada. Y que ni se te ocurra descansar en paz, hasta enterrarlos en el mar.

Tribuna libre
10 de agosto, una fecha para el recuerdo
Felipe Morenés - Diario de Jerez - 11 de agosto de 2008


El tiempo pasa veloz. De nuevo tenemos ante nosotros otro 10 de agosto. Una fecha de tristes recuerdos para nosotros los jerezanos, pero necesaria su imperecedera memoria. Fue la fecha del martirio de nuestro paisano Antonio Molle Lazo, que como he recordado en anteriores ocasiones fue asesinado por milicianos del Frente Popular el 10 agosto de 1936 en el pueblo de Peñaflor por no querer hacer apostasía de su religión católica y sus firmes convencimientos cristianos.

El momento actual para el mundo no es bueno. La economía después de unos años de bonanza desconocida se ha sumergido en un periodo de depresión desconocido por su magnitud. Este grave asunto para el bienestar de los ciudadanos es motivo de preocupación para los políticos, incapaces de controlar la situación. Pero ha paralizado en cierta medida los vientos de la venganza y el revanchismo que presiden al Gobierno actual. La historia continua inmutable. Pasarán los tiempos, las modas, las tendencias políticas, mas los cimientos sobre los cuales se edificó nuestra historia, la del mundo, permanecerán inmutables. Arrancar de las calles les los rótulos, derribar estatuas, deformar los hechos, no producen el éxito perseguido por los que los realizan. La historia necesita el beneficioso paso del tiempo la para que se analicen con objetividad los acontecimientos y obtengan conclusiones razonables.

El diez de agosto, amén de otros, se conmemoran dos hechos notorios, con una cierta interconexión. El primero era el levantamiento fracasado (10.08.1932) del general José Sanjurjo, conocido como la Sanjurjada, premonitorio de la Guerra Civil Española (1936/1939) que terminó con la deportación al Sahara (Ifni) de los sublevados y el exilio voluntario (1934) del General a Portugal. No regresaría hasta que se produjo el segundo levantamiento el 17 de julio de 1936 para tratar de tomar el mando en el Gobierno provisional de Burgos, pero murió en un accidente de aviación, lo que dio un giro importantísimo a la historia, pues propició que otro general, Francisco Franco Bahamonde, asumiese esta responsabilidad que duró cuarenta años. José Sanjurjo (Pamplona 1872 -Portugal 1936) era huérfano de un coronel carlista. Ascendió por méritos de guerra hasta el generalato. Conoció y combatió en Cuba bajo las órdenes de don Miguel Primo de Rivera. Secundó su pronunciamiento colaborando estrechamente con el mismo en el Desembarco de Alhucemas, que acabó con insurrección de Abd­el- Krim consolidando el Protectorado Español en Marruecos. Fue director general de la Guardia Civil con el Gobierno de la II República con Azaña y en tal cargo estaba cuando el Rey Alfonso XIII dimitió y marchó voluntariamente al exilio.

El segundo hecho a recordar el 10 de agosto es el asesinato con torturas y martirio de nuestro paisano Antonio Molle Lazo, cuyos restos mortales descansan en un mausoleo en la Basílica del Carmen en olor de santidad. Ante su sepulcro rezan aún muchos jerezanos que lo consideran santo. Nació el 2 de abril de 1915 en Arcos en el seno de una humilde familia. Su padre era representante del comercio. Cuando tenía cinco meses sus padres se trasladan a Jerez. Se educó primero en un parvulario y luego en el Colegio de la Salle. Era activo, trabajador, estudioso, sociable y con grandes convencimientos católicos heredados de sus padres. Practicaba y defendía con ahínco su religión católica que entrañaba entonces un grave riesgo. Fue encarcelado junto con su hermano por defender el Convento de Santo Domingo de su profanación. Junto a sus hermanos (tres) Carlos y Manolete, se incorporaron voluntarios al Tercio de Requetés de Ntra. Sra. de La Merced para combatir por sus ideales en la guerra civil de 1936.

Su martirio ocurrió en Peñaflor el 10 de agosto de 1936. Estando en dicha población junto con otros (escasos) requetés defendiendo el Convento de las Hermanas de la Cruz, se quedaron sin municiones. Antonio fue prendido por los milicianos cerca de la estación, golpeado y maltratado ferozmente. El jefe de la estación fue testigo de excepción. Le intimidaron para que hiciese apostasía de su fe y para que gritase "! Muera España y viva Rusia!", a lo que respondía "! Viva España! ¡Viva Cristo Rey". Le cortaron las orejas, le vaciaron un ojo con un machete y el otro de un puñetazo. Le cortaron la nariz sin conseguir sus propósitos.

Recientemente he estado en Melilla. Tuve la oportunidad de visitar el acuartelamiento donde está el Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara N° 10, unos de los regimientos de mayor glorioso pasado de España. Fue creado el 19 de febrero de 1656 en Flandes y ha recibido distintos nombres hasta el actual.

Visité los panteones de los héroes en el cementerio de Melilla. Era una soleada mañana del mes de junio. Reinaba el silencio en medio de la solemnidad de tanto español muerto heróica mente y tristemente olvidado. Sólo unas flores secas sobre un altar eran el exiguo tributo que la Historia les ofrecía. Docenas de la lápidas los recordaban. Sentí un respeto enorme por todos ellos. Me arrodillé y recé a Dios por sus almas y les prometí que mientras pudiese, su sangre derramada por la patria española permanecería caliente y su recuerdo fresco.

Por eso asevero que el 10 de agosto es una fecha para recordar y reflexionar. España ha sido una nación importante en el concierto mundial, protagonista de un pasado glorioso al que le debemos nuestro presente.

La Historia hay que conocerla, amarla y valorar sus protagonistas que no son otros que los hijos del pueblo español.

Respuesta reiterada y deliberadamente no publicada por Diario de Jerez
Manuel Herrero, el Manué


Si mi abuelo viviera, no encontraría motivos para celebrar el 10 de Agosto de 1936, lo recordaría escondido en la sierra evitando como muchos otros a los que les perseguían por los horribles hechos de representar a sus vecinos en un ayuntamiento democrático, defender a los trabajadores en sus reivindicaciones o enseñar libremente en las escuelas públicas.

Si mi abuelo viviera, le podría contar como en nuestra provincia llegó el ejercito moro el mismo 18 de Julio y como en un escaso y aciago mes se llenaron las cárceles, las cunetas y las tapias de los cementerios de unos mártires que, por no ser de la jerarquía de la iglesia católica ni cercanos al movimiento o las familias pudientes de la época, se perdieron en el olvido o pasaron a la historia como delincuentes. Muchos de ellos eran católicos y también amaban la familia y se sentían españoles, muy españoles.

Si mi abuelo viviera, sentiría, como yo, orgullo de pertenecer a una España que en este Agosto de 2008 se codea con las naciones que respetan los derechos humanos, defiende las libertades y la igualdad ante la ley, una España donde alguien como usted puede escribir una carta tan ignominiosa sin temer a que lo encarcelen o ser represaliado en su trabajo, una España imperfecta, pero que se acerca más a la que soñaron aquellos que dieron su vida, libertad, familia y todo lo que tenian en una guerra que empezaron unos militares rebeldes aliados a la jerarquía católica, las clases pudientes, la Alemania nazi y la Italia fascista.

Si mi abuelo viviera le diria a coro conmigo que ser patriota español es algo más que llevar una banderita en la pulsera o lanzar gritos a favor de que vuelva Franco en las manifestaciones que convocan los obispos, muchos de aquellos mártires civiles le podrian enseñar qué es ser un patriota español, con dos pares… no como aquellos que viendo llegar la guerra se fueron con su familia y volvieron cuando el ejército les garantizaba a hierro y fuego sus posesiones y la docilidad de los trabajadores.

Mi abuelo vive en mí, y por ello yo, muchos abuelos y padres muertos y sus herederos queremos que mediante la ley de la memoria histórica o la que sea, sean reconocidos como personas, que intentaron contribuir a la mejora de su familia, de su pueblo o de su estado, no como mártires para rezarles ni llenarles de estampitas, exvotos, placas de mármol o jaculatorias, no, tan solo personas honradas, trabajadoras, comprometidas y luchadoras. Ciudadanos ejemplares. Y que aquellos que se aprovecharon del conflicto y escalaron cargos, obtuvieron prebendas o se vengaron de rencillas personales, matando, torturando o simplemente callando, no tengan hoy monumentos, placas ni calles dedicadas que hieren la sensibilidad de cualquier padre de familia honrado.

Quizás la única diferencia entre usted, señor Morenés, y mi abuelo es que él estuvo dispuesto a perder la vida por defender que usted pudiera escribir su lamentable carta o presidir una hermandad con su trasnochada ideología y usted es de los que le meterían en la cárcel por ello.

1 comentario:

Antonio Bernal dijo...

No sabemos si por la apabullante contundencia de nuestra más sentida queja, por la mediación de algún infiltrado ex-rojo en las filas de la prensa canalla o por puta casualidad, el caso es que la respuesta aquí recogida del camarada Manué ha sido finalmente publicada el pasado Jueves 28 de agosto.