¡¡ BIENVENIDO-A AL BLOG DE LA UJCE-RT !!

Entre los años 1975 y 1978 coincidimos en Jerez y en Juventudes Comunistas un numeroso grupo de gente. Nos hemos buscado durante meses. Entre ex militantes y simpatizantes de entonces, más algunos grupos de camaradas de ciudades cercanas llegamos a formar una lista de casi noventa personas, de las que cincuenta nos hemos reunido el Sábado 27 de septiembre de 2008... Así empezaba nuestro blog, pero ahora eso ya es historia...

domingo, 2 de noviembre de 2008

CRONICA DE LA CAIDA (1)

Una tarde de octubre, creo que fue, un grupillo de nosotros terminó en los calabozos de la Plaza Silos. Una de nosotras (Las Juventudes Comunistas, por eso el femenino genérico) pasó la noche en un despacho de esa misma Comisaría, que ahora es un solar aparcamiento, un escombral árido. No ha perdido la tristeza que ya exhumaba antes. Sí el miedo que inspiraba. El Bernal, entre otros que en su momento también pasaron por allí, lo recuerdan. Esta es una pequeña crónica de aquella vez.

Habíamos organizado una pegada ese día. Una pegada de pegatinas a favor del voto y la mayoría de edad a los 18 años, el fin de la puta mili, la amnistía, etc.. (se aceptan retazos de recuerdos para completar esta crónica). Fue una movida absolutamente nuestra, no había más infraestructura que la de la UJCE. Participamos todos, sin excepción. Hicimos las pegatinas, de tamaño grande (como un azulejo de cocina de esos de antes, cuadrado ¿no?), a mano, con rotuladores, en casa de los padres de Pepa, y mi casa, creo recordar que también algunas, vaya curro que nos dimos.

Grupos de dos, creo, muy serios, repartidos por el centro. Con una cita de seguridad en la Plaza Aladro.

Al terminar, todo el mundo pasó por allí y discretamente se hizo ver para que supiésemos que habían terminado su trabajo sin incidentes. Pero al parecer en algún punto habíamos sido, o detectados o delatados. Alguien me ha sugerido que ibamos con cierto descaro en la pegada y puede que a la altura de la calle larga algún c****** dió el chivatazo.

El caso es que, ya terminada la movida, cinco de nosotros estábamos en un banco de la zona central de la Plaza Aladro, a oscuras, charlando. Dos de los cinco se habían agregado a los tres de seguridad, supuestamente ya superada la actividad, relajados y despreocupados, cuando notamos unas sombras que se acercan, unas luces cobran vida e iluminan varias placas de policía, cuyos portadores nos obligan a entrar en unos coches...

(La segunda parte, más adelante)

No hay comentarios: