Al ver la foto del congreso, donde todos votan menos yo, me surgen las dudas: ¿Estaba dando la nota, era un disidente, un revisionista?
Creo que estaba zombi. Unos de los recuerdos más claros que tengo de aquellos días es que, al menos yo, dormía poco, y pasábamos el día allí sentados, escuchando discursos soporíferos. Hubo un dirigente de la Juventud Comunista de un país del Este -un señor cuadriculado de más de 50 años- que nos echó una bronca en su idioma (convenientemente traducida, creo) por el golferío que allí se exudaba.
¿Alguien puede aportar alguna historieta más sobre este congreso?
Creo que estaba zombi. Unos de los recuerdos más claros que tengo de aquellos días es que, al menos yo, dormía poco, y pasábamos el día allí sentados, escuchando discursos soporíferos. Hubo un dirigente de la Juventud Comunista de un país del Este -un señor cuadriculado de más de 50 años- que nos echó una bronca en su idioma (convenientemente traducida, creo) por el golferío que allí se exudaba.
¿Alguien puede aportar alguna historieta más sobre este congreso?
3 comentarios:
Del Congreso de Madrid tengo muchos recuerdos. Este señor enfadado del que hablas era, a pesar de su avanzada edad y aspecto fúnebre, el representante de las Juventudes Comunistas de Bulgaria. La bronca que nos echó vino aparentemente motivada por los silbidos de admiración que había suscitado la representante sueca, más joven y más guapa, que intervino ante el Congreso antes que aquel sucedáneo de Boris Karlof. Pero fue genialmente contestado con el masivo seguimiento a la consigna estrella del Congreso por todo el auditorio, gritando aquello de “Viva la vida, alegre y divertida”.
Supongo que el hombre ya vendría de su patria búlgara escocido con prejuicios contra el eurocomunismo. Encima se encontró con un congreso más bien cachondón y festero, que debió presentársele como la viva imagen de la decadencia del capitalismo occidental, capaz de penetrar incluso en el sancta sanctórum de quienes deberíamos de combatir ardorosamente hasta su destrucción. Demasiado para un cura (o un pope) macerado hasta la médula en la salmuera del estalinismo.
La Mamen recuerda del Congreso cosas también muy curiosas.
Era la primera vez que teníamos contacto con gentes que por entonces sentíamos enormemente distantes. Y quedó impresionada por la potente conciencia feminista que exhibían las camaradas catalanas, hasta el punto de dejar de una pieza al camarada Luis Jaramillo (Sanlúcar), uno de los pocos que tuvieron la fortuna de no dormir en colchonetas en aquel pabellón de la Casa de Campo, que en un momento dado se encontró de sopetón en medio de una pandilla de recién duchadas y desnudas, sin saber dónde no debía posar sus asombrados ojos.
La primera noche de Congreso fue la del rumor, nunca del todo confirmado, de la amenaza de agresión al campamento de un grupo de fachas de los Guerrilleros de Cristo Rey. Recuerdo que nos desalojaron a toda prisa de las tiendas en las que en principio íbamos a dormir, pasándonos a más de medio Congreso a aquel pabellón que se ve en las fotos, inicialmente previsto sólo para que fuese utilizado como comedor, pero que terminó convertido también en barracón-dormitorio.
La Mamen también recuerda (yo menos y más borrosamente, pero también) el asombro que nos produjo un buen grupo de camaradas, vascos sobre todo, que se resistían a acatar la consigna del servicio de orden de retirada a aquel refugio improvisado y que se armaron con todo lo que pillaron, dispuestos a hacerle frente a los fachas.
Preguntale al Chema sobre los Fachas de la Plaza Mayor...Y el Peazo Machete que Sacaron...
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