¡¡ BIENVENIDO-A AL BLOG DE LA UJCE-RT !!

Entre los años 1975 y 1978 coincidimos en Jerez y en Juventudes Comunistas un numeroso grupo de gente. Nos hemos buscado durante meses. Entre ex militantes y simpatizantes de entonces, más algunos grupos de camaradas de ciudades cercanas llegamos a formar una lista de casi noventa personas, de las que cincuenta nos hemos reunido el Sábado 27 de septiembre de 2008... Así empezaba nuestro blog, pero ahora eso ya es historia...

sábado, 13 de septiembre de 2008

El Perpetuo Socorro y otros lugares de la Iglesia


Los locales de la parroquia del Perpetuo Socorro son el sagrario de la izquierda en Jerez. Tanto que debería llamarse Parroquia del Perpetuo Socorro… Rojo.

Ya en los últimos años de Franco se convirtió en el sito más frecuentado para reuniones y asambleas, sobre todo cuando se trataba de congregar un cierto número de gente.

El rito era simple. Alguien se pasaba por la parroquia con alguna anticipación, a veces de pocas horas, buscaba al cura (¿os acordáis de las patillas de Serafín?) y le pedía un salón para el día D a la hora H. Ni siquiera nos pedía explicaciones. A veces nos recomendaba sutilmente prudencia, advirtiendo con técnicas de lenguaje poco menos que cifrado, que se habían visto más gabardinas de la cuenta en los últimos días.

Y llegado el momento, simplemente nos abría las puertas o nos daba las llaves del local asignado. Y allá nos metíamos en grupos sigilosos los treinta o los ochenta convocados.

Una vez en la sala había que cuidarse de no hablar demasiado alto y de entornar persianas o cortinas sin dejarse ver por las ventanas.

Era frecuente convivir con reuniones simultáneas de otras organizaciones, grupos cristianos, partidos o sindicatos. De manera que había tardes en que los locales del Perpetuo se convertían en una mezcla de palacio de congresos y hotel de los líos, con gente equivocándose de sala que no se atrevía siempre a preguntar abiertamente por los suyos, pero a quien se le aliviaba el agobio dándole las oportunas indicaciones sin dejarle terminar la pregunta. Por los pasillos nos cruzábamos sin saludarnos, respetuosos todavía con las normas de la clandestinidad.

El local quedaba guarro de colillas pero sin un solo papel delator. La salida, otra vez en grupos breves, era otra muestra de naturalidad vigilante.

En el Perpetuo celebramos infinidad de reuniones incluyendo importantes cónclaves de la organización provincial, con los gaditas quejándose de lo mucho que tenían que andar desde la estación de autobuses.

Como el Perpetuo, pero menos frecuentados por más pequeños, hubo otros locales de la Iglesia que también cobijaron muchas reuniones sujetas a un rito de uso similar. Los locales de San Rafael en El Chicle, con el cura José, los frecuentamos más con la JIC que con Juventudes. Ramón Calvillo recuerda allí una reunión del comité provincial a principios de septiembre del 76. Aquella tarde, por la calle Medina, escasos metros detrás de Ramón y cuando se dirigía a recoger a un grupo de Cádiz en la estación de autobuses, el Borrego se llevó al Bernal en su Vespino a comisaría. Por la plaza del Arenal pasó junto a Magdalena, tratando inútilmente de hacerle gestos de alerta con la mirada. En comisaría le dieron una buena tunda y lo soltaron a las tres horas, justito a tiempo de llegar por los pelos a la boda de un primo suyo.

También recurrimos alguna vez a los locales de Torresoto, abiertos por el bueno de Emilio López Pizarro. Juan Pedro recuerda que allí tuvo lugar un memorable análisis político pro-pro-pronunciado por el Chema Flores, que se cargó él solito la mitad de la reunión sin que nadie osase interrumpirlo: estaban todos doblados en el suelo de risa.

Más utilizados por los grupos cristianos, pero también refugio ocasional de otras organizaciones, fueron la Casa de Acción Católica en la calle San Cristóbal, hoy sede de la UNED, y los locales de la parroquia de San Pedro, con el cura Arriaza (el Larri) al mando.

Quienes nos sentimos de izquierdas contrajimos durante aquellos años y para siempre una deuda impagable con aquellos curas valientes. La bomba que (¿primavera del 77?) pusieron los fachas en el Perpetuo, testimonia hasta qué punto su compromiso democrático los pudo hacer blanco fácil para los acólitos del franquismo.

No hay comentarios: