Casi año y medio después de aquel encuentro fugaz en la manifestación contra los despidos de Delphi, de aquel instante en que se fraguó la idea de acometer este encuentro, lo hemos celebrado ayer sábado 27 de septiembre.
Hasta este momento todo nuestro proyecto se había resumido en palabras: historias contadas y escritas, correos electrónicos, mensajes a móviles, llamadas de teléfono…
Pero ayer las palabras se veían y se tocaban. Tan pronto como pasábamos el umbral de la puerta, se transmutaban y tomaban cuerpo. Asistíamos a la alquimia de la palabra encarnada en la sustancia soñada: la materia amiga, presente, palpada y hundida una y otra vez en las mejillas y en el pecho.
Como los años de nuestra juventud rescatada, todo ha transcurrido en una breve pero intensa fracción de tiempo. El tiempo que el Cristóbal evocó como nuestro tesoro más buscado, hecho materia en las palabras, en la mirada expectante y en la risa de todos, en el recuerdo y en la presencia de los ausentes, retenido en un pliegue singular del universo, con la extraordinaria concreción de esos raros cuerpos cuya densidad es incomparablemente mayor que su tamaño.
Os estaré agradecido para siempre, por el privilegio que me habéis concedido de asistir a este prodigio.
Hasta este momento todo nuestro proyecto se había resumido en palabras: historias contadas y escritas, correos electrónicos, mensajes a móviles, llamadas de teléfono…
Pero ayer las palabras se veían y se tocaban. Tan pronto como pasábamos el umbral de la puerta, se transmutaban y tomaban cuerpo. Asistíamos a la alquimia de la palabra encarnada en la sustancia soñada: la materia amiga, presente, palpada y hundida una y otra vez en las mejillas y en el pecho.
Como los años de nuestra juventud rescatada, todo ha transcurrido en una breve pero intensa fracción de tiempo. El tiempo que el Cristóbal evocó como nuestro tesoro más buscado, hecho materia en las palabras, en la mirada expectante y en la risa de todos, en el recuerdo y en la presencia de los ausentes, retenido en un pliegue singular del universo, con la extraordinaria concreción de esos raros cuerpos cuya densidad es incomparablemente mayor que su tamaño.
Os estaré agradecido para siempre, por el privilegio que me habéis concedido de asistir a este prodigio.
6 comentarios:
pocas pero sabrosas palabras antonio, porque esa sensacion que queda por dentro ...
Yo también os agradezco el haber PODIDO TENER EL ORGULLO DE REENCONTRAME CON VOSOTROS : No os niego ni os oculto que me quedo muy buen sabor a boca y que me a sqbido a poco(dicen que si bueno y breve dos veces buenos); Quizas -¿quien sabe?- fuese posible que no todo quedase en ese ágape y a tenor y a raiz de multiples reencuentros pudiese ser posible que germinaran algunas ideas e iniciativas no partidistas que me consta han venido rondandonos a más de uno( y una) de los asistentes : Creo que donde hubo llamas a-un quedan rescoldos y es posibvle que ,entre todos( al menos entre todos los que quisieramos ) pudiesemos articular y plasmar un Bosque de la Memoria ..;ya os contare otro día en que consiste tal idea por si alguno quuisiera engancharse y pudiesemos llevarla a cabo .
Dicen, quienes saben de estas cosas, que muchas gentes pequeñas,en muchos sitios pequeños,haciendo muchas cosas pequeñas ...si pueden conseguir grandes cosas .
Que el tiempo no nos haga perder las perspectivas y que no todo se quede en un buen sabor de boca ( y si finalmente solo queda en eso...que al menos no sea la última vez y que podamos volver a vernos todos antes de que el Alzheimer no haga más mella.
Un besote
Jarillo
P.D : Por cierto...¿anda entre nosotros algún dentista que haga a los colegas un precio apañadito ? ( Es que estoy liado con la dentadura y esto es una ruina ) : ¿ Alguien penso que cuando hace falta no se ser también pragmático ? ; Lo del dentista va absolutamente en serio.
Emocion, algo de vértigo, no en balde estabamos a 30 años de altura,...y un cosquilleo que no cesa en el estómago...
Gracias
Bueno, os noto algo nostalgıcos, cası llorosos, tengo que agradeceros los buenos ratos que he pasado con vosotros... no es por daros envıdıa pero os escrıbo desde Estambul... y os felıcıto y me felıcıto de teneros como amıgos... besotes
Tengo que decir en honor a la verdad, que cuando recibí la llamada de Antonio Bernal, me sentí un poco extraño; no pensé ni por un momento, que aquellos efímeros amigos de poco más de un año pudiesen acordarse de mí ( seguramente y por razones obvias, si de mi Carmela ), dudé de mi asistencia , pero familia y amigos me animaron a ir a Jerez. Ni por un momento os podeis imaginar la enorme alegria que sentí cuando entré por la puerta y todos aquellos amigos de hace treinta y dos años me reconocieron. Me fundí en un entrañable y cálido abrazo con todos y cada uno de ellos, y tracé inconscientemente un largo puente en el tiempo; recordé entonces las palabras del viejo profesor Tierno, " como decíamos ayer...."
Os queremos y no volveran a pasar 32 años antes de que nos volvamos a ver.
La Carmela y Antonio
A la Carmela y a Antoñito el Banquero:
Carmeliya, Antoñito: me ha alegrado mucho ver y abrazarme con todo-a el que ha venido. Pero lo vuestro ha tenido un punto especial. Quizás porque sois la gente a quienes la mayoría de nosotros-as (todos-as, salvo la Trini y el Eloy, que se sepa) más tiempo llevábamos sin veros.
Y tenéis razón: os reconocimos (a mí personalmente, me pasó con todo el mundo) al instante.
A mí me quedó la mijita de pena de que el rato se me fue en un suspiro, sin tiempo para estar más tiempo con mucha gente. Pero bueno, nos daremos más oportunidades de repetirlo. Aquí, en Graná o en Pekín. Os lo juro por mis castas.
P.D.:
Una cosa que me ha llamado la atención es lo bien que, en general, nos conservamos para andar con la edad que andamos. Pero, Antoñito, a tí se te ha quedao una planta torera y guapera de envidia. Y la Carmela (dicho sea, Antoñito, Antonio, con todo respeto y cariño), está pa comérsela de un bocao.
Publicar un comentario