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Entre los años 1975 y 1978 coincidimos en Jerez y en Juventudes Comunistas un numeroso grupo de gente. Nos hemos buscado durante meses. Entre ex militantes y simpatizantes de entonces, más algunos grupos de camaradas de ciudades cercanas llegamos a formar una lista de casi noventa personas, de las que cincuenta nos hemos reunido el Sábado 27 de septiembre de 2008... Así empezaba nuestro blog, pero ahora eso ya es historia...

sábado, 13 de septiembre de 2008

Los Caracoles

San Antonio trabajaba por aquellos años de camarero en Los Caracoles. El solito servía con toda diligencia las mesas de su considerable terraza. Se cree que ganó su santa condición atendiendo pandillas como la nuestra, capaces de ocupar con todo desparpajo tres o cuatro mesas, en reuniones casi multitudinarias en torno a dos o tres cañas y un paquete de papas fritas.

El grupo variaba de composición, con gente que iba y venía y se quedaba o no, a veces engordando levemente la lista de cañas, otras gorroneando alguna de las ya servidas. Antes de marcharse, aunque no siempre, se dejaban caer con duros y pesetas que quedaban sobre la mesa como donación solidaria con los últimos en levantarse. A ellos les tocaba hacer balance y poner el resto. No siempre se cubrían los exiguos gastos. De manera que, a la hora de cobrar, San Antonio pasaba frecuentemente por nuevas pruebas de santidad. Era portentosa su habilidad para contar de un golpe de vista los duros y pesetas. A veces lo forzábamos a cuentas aparte de los más resabiados, de los que no se fiaban del éxito de la cuestación colectiva, por haber sufrido en exceso la obligación de cubrir sus déficits.

Los Caracoles fue otro de nuestros lugares de encuentro. Un sitio al que se acudía sabiendo de antemano, sobre todo los Sábados a mediodía, que allí se encontraría gente amiga, sentada o de paso. Un ágora ruidosa y bullente, que sólo se veía levemente silenciada cuando pasaba un Social entre codazos cómplices; unas veces sin mirarnos, despectivo; otras clavándonos a la silla con su descaro (¡aquellos ojos saltones de Enrique Salido!).

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